Los empresarios deben sufragar los gastos de gafas graduadas o lentillas a aquellos empleados que las necesiten para corregir el deterioro de su visión y poder seguir trabajando frente a una pantalla de ordenador. Así lo ha dictado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en una reciente sentencia . No es necesario que el trastorno de la vista haya sido provocado por uso de las pantallas de visualización, se advierte.